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2023-03-16 16:26:36 By : Ms. Danny Ma

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¿El testigo de avería del motor se queda encendido? Así es cómo debes actuar

Estas son las 5 averías más caras que puede sufrir tu coche

Tener coche tiene muchas ventajas, pero también puede generar muchos dolores de cabeza. Además de pagar por el seguro, la gasolina y los impuestos, debemos preocuparnos por limpiar el coche de vez en cuando, por protegerlo de otras personas y de los elementos y -sobre todo- por hacer un mantenimiento adecuado de la mecánica del vehículo. Este último elemento es el más importante para que nuestro coche tenga una vida larga y amortizada. Además, no hacer un correcto mantenimiento del vehículo aumenta notablemente las probabilidades de que el coche sufra una avería innecesaria

Y si bien lidiar con los problemas mecánicos es siempre muy caro (y muy engorroso), hay algunos de ellos que pueden hacer que sea más rentable comprarse uno nuevo en vez de repararlo. Un buen ejemplo es una avería en el turbo. Si no cuidamos correctamente este elemento podemos enfrentarnos a una factura en el taller que va desde los 1.000 a los 5.000 euros. Si queremos evitar que esto suceda, debemos aplicar “la regla del minuto”:

El turbo o turbocompresor es una turbina que se mueve gracias a los gases del escape del motor. El sistema cuenta con un compresor que toma aire, lo filtra y lo somete a mucha presión para introducirlo de nuevo dentro del motor. Cuando el aire se comprime, las moléculas de oxígeno se amontonan más. Este aumento en el aire significa que se puede agregar más combustible para el mismo tamaño de motor de aspiración natural. De esta forma, los motores de combustión, aun trabajando a bajas cilindradas, pueden -con ayuda del turbo- alcanzar potencias mucho más grandes.

En los últimos años esta pieza ha adquirido mucha importancia y protagonismo. De hecho, la práctica totalidad de los coches de nueva fabricación que están equipados con un motor de combustión, incluyen -como mínimo- un turbo. Ya hemos explicado antes hasta qué punto una avería en el turbo puede suponer un golpetazo a nuestra economía familiar, pero no es lo único que debería preocuparnos, porque una avería en el turbo puede afectar a otros muchos elementos de la mecánica del vehículo.

Hay muchas causas probables detrás de una avería en esta pieza. Puede tratarse de un defecto de fabricación, puede deberse a que circulamos con el motor muy revolucionado, quizás se deba a un exceso de temperatura. Sin embargo, la mayoría de los problemas que sufre un turbocompresor se derivan de fallos en la lubricación y a un exceso de carbonilla.

Y para evitar esta avería, lo mejor es habituarse a aplicar la “regla del minuto”:

Esta “regla” consiste en dejar el coche en ralentí nada más arrancar el motor durante unos 60 segundos, más o menos… y durante otros 60 segundos antes de apagarlo. Esto se hace porque cuando encendemos el motor, el aceite necesita un poco de tiempo para llegar a todos las piezas y las diferentes piezas necesitan alcanzar la temperatura óptima para trabajar.

Por eso, al dejar el coche en ralentí, es decir, con el motor encendido, pero sin dar ningún acelerón, conseguiremos que todos los movimientos de la mecánica del vehículo se hagan de la forma menos traumática y con la menor fricción posible.

Y por lo mismo, también es importante que dejemos el motor en ralentí antes de apagar el vehículo, porque así conseguimos que el aceite no deje de circular de inmediato. Cuando el aceite se estanca a mitad de su recorrido corre el riesgo de quemarse y formar carbonilla que, a la larga, desgastará más rápido las piezas y aumentará el riesgo de avería en el turbo.

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